jueves, 30 de agosto de 2007

Free Hugs - la historia de Juan Mann


“A veces todo lo que necesitas es un abrazo”. Así comenzó Free Hugs Campaign, la historia de una persona conocida como Juan Mann, que un día decidió dar abrazos gratuitamente a la gente en la calle. Por pequeñas casualidades de la vida los abrazos de Juan Mann han roto todas las fronteras, hasta convertirse en un movimiento mundial.





Enero de 2004, Sydney. Juan Mann acaba de volver de Londres y se siente solo. Sus mejores amigos están lejos, sus padres se han divorciado, ha roto con su prometida y su abuela está muy enferma. Necesita algo para alegrarse así que va a una fiesta, en la que una absoluta desconocida se le acercó y le dio un abrazo. ” Me sentí como un rey, fue lo mejor que me ha pasado nunca” confesaba recientemente en una de las pocas entrevistas que hay de este personaje. Ese abrazo cambió su vida, y quizás la del resto del mundo. Seis meses más tarde, un 30 de junio, Mann salió a la calle, al Pitt Mall Street de Sidney, dispuesto a repartir abrazos gratuitamente. La gente le miraba extrañada, no sabía cómo reaccionar, hasta que pasados 15 minutos logró el primer abrazo de una anciana.


La popularidad de Mann y la cámara Moore llamaron la atención de las autoridades de Sydney que tomaron una absurda medida: prohibieron a Mann que siguiera con su campaña salvo que suscribiera un seguro de responsabilidad civil de 25 millones de $. Lógicamente esto no estaba al alcance de Mann. Pero no se rindió y aunque acosado por la policía, siguió con su campaña aunque recogiendo firmas para presentar frente a las autoridades y seguir repartiendo abrazos. Recogió más de 10.000 que presentó en el ayuntamiento de Sydney que revocó la prohibición.

Juan Mann siguió con su campaña y todos los jueves por la tarde repartía sus abrazos en el mismo lugar de la ciudad más poblada de Australia. Pronto más gente se unió a la causa llegando a aparecer en algunos diarios australianos. Todos debían respetar unas mínimas normas: sólo abrazos, nada de citas, ni nombres, ni números de teléfono. De hecho el propio nombre del protagonista de esta historia es una incógnita, ya que en realidad Juan Mann (pronunciado “One Man”, un hombre) es un juego de palabras.

Pero lo más increible es que el movimiento Free Hugs ha roto todas las fronteras y ya hay gente que se ha sumado al movimiento en todo el mundo: Nueva York, Polonia, Corea, Canadá, Zurich, Roma, Dussledorf, Kiev, Barcelona, Valencia, Tel Aviv… Y sigue…



Juan Mann permanece en su anonimato aunque ya es mundialmente famoso (aunque se ha cortado el pelo porque comenzaban a pararle a todas horas). Sigue yendo cada jueves a Pitt Mall Street. Y sus abrazos siguen recorriendo el mundo…

0 comentarios: